POLONIA EN LA EDAD MODERNA

Desde finales del siglo XIV, tras la extinción de la dinastía nativa, la familia Jagellones (Duques de Lituania) ocuparon el trono polaco hasta 1572. El inicio de la Edad Moderna lo marca la muerte de Casimiro II en 1492, posteriormente previa elección los sucesores al trono serán sus descendientes hasta que la dinastía Jagellones se extinga con Seguismundo II Augusto en 1572

Los territorios de Polonia, Lituania y las tierras de la orden Teurónica solo tenían en común la monarquía. Por el contrario sus diferencias eran notables y se extendían desde el mundo de la cultuta al de la religión. Polonia era cristiana-católica, Lituania era Ortodoxa, y los caballeros teutones eran germanos y desde 1525 luteranos, cuando su gran maestre Alberto de Hohenzollern-Anspach abrazó las posturas luteranas. Sin embargo se mantuvieron fieles al rey, pero se dio el paso para la desaparición de la orden y la aparición de Prusia.

Con una débil presencia urbana y una insisnificante burguesia, la sociedad polaca estaba dominada por la nobleza. El carácter electivo de la monarquía y el peso de la aristocracia, debilitaron el poder real hasta convertir al monarca en una mera figura decorativa, así por ejemplo algunos historiadores no dudan en califar a Polonia como una "República Aristocrática". Desaparecidos los Jagellones emergió la debilidad de la monarquía y sus sucesores fueron incapaces de frenar el progresivo desmembramiento de sus dominos a manos de sus vecinos.

En 1501 con la Unión Perpetua cada territorio (Hungría, Polonia, Lituania) mantenía su peculiaridad político-administrativa independiete. Todo aparato institucional estaba monopolizado por la nobleza. El monarca contaba con el Consejo, que pasó a ser un Senado, constituido por los grandes señores. Paralelamente la pequeña nobleza fue incrementando su papel en la vida política y su voto cada vez tenía más valor. Se llegó a tal extremo, que el poder real estuvo tan limitado que ni si quiera podía tener un ejercito permanente. En este largo proceso se pueden destacar varios hitos: El privilegio de los Miietnit (1501), el Estatuto de Nihil Novi (1505) y los Pacta Conventa (1573).

FLORISTAN, Alfredo (dir), Historia Moderna, Barcelona, Ariel, 2007.

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