El siguiente artículo ha aparecido en el número de diciembre de 2009 de la revista “Nacional Geographic Historia”, en el apartado de “Actualidad”.
Me ha parecido oportuno incluir este artículo en el blog, pues además de referirse a la Europa moderna, es un descubrimiento muy reciente que creo que puede ser interesante para el estudio de la Edad Moderna, ya que la arqueología que estudia esta época, sigue aportándonos datos con los que comprender y estudiar esta fascinante etapa de la historia.

LA BOTELLA QUE SIRVIÓ PARA CONJURAR MALEFICIOS

El frasco, del siglo XVII y enterrado en Greenwich, es el único recipiente de este tipo cuyo contenido se ha podido estudiar.



Un insólito retazo de superstición del siglo XVII ha llegado hasta nuestros días, perfectamente conservado en una botella enterrada en el barrio londinense de Greenwich. La botella de casi 23 cm de alto y esmaltada, tenía impreso el rostro del cardenal italiano Roberto Belarmino y su tapón estaba intacto. Un grupo de expertos de la Greenwich Foundation la ha analizado, y ha publicado los resultados de su trabajo en la revista British Archaeology. Se trata de una “botella de bruja”, un tipo de recipientes que eran enterrados por personas de cualquier estamento social que creían ser víctimas de una maldición, con la esperanza de conjurarla. Éste es el ejemplar mejor conservado de los hallados hasta la fecha, además de ser el único cuyo contenido ha sido posible estudiar.

Azufre, clavos y uñas
Los análisis llevados a cabo por el químico Alan Massey revelan que la botella está llena hasta la mitad de orina humana con un alto contenido en nicotina, lo que demuestra que el propietario era fumador. También se ha hallado azufre, elemento imprescindible en todo rito de purificación contra los maleficios, así como 12 clavos de hierro, 8 alfileres, cabellos humanos, un trozo de tela en forma de corazón y uñas recortadas. Toda una muestra de las sorprendentes prácticas asociadas con la brujería en Europa durante la Edad Moderna.

El católico más odiado
En el cuello de la botella hallada en Greenwich aparece grabado el rostro de una importante figura de la Iglesia católica: el jesuita Roberto Belarmino. Apodado "martillo de herejes", dirigó los procesos inquisitoriares contra Giordano Bruno y Galileo Galilei. El odio que despertó en los Paises Bajos hizo que se diera su nombre a ciertos recipientes, fabricados allí, que contenían vino o cerveza. Una de estas "jarras Belarmino" fue reutilizada luego en Inglaterra como "botella de brujas"

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