MEMORIA DEL 5 Y 6 DE NOVIEMBRE:

Esta semana la memoria le correspondía hacerla a Carlos pero acabé realizandola yo debido a que él no pudo asistir debido a que tuvo la mala suerte de tener a su madre ingresada en el hospital. Al ser el observador de esta semana estaba extento de aportar material nuevo

David aporta el resumen de la bibliografía GRANADA, Miguel Ángel ( 1987): Maquiavelo, Península.

Para comprender la persona y la obra de Nicolás Maquiavelo debemos situarnos en el contexto político, económico, social… pero sobre todo en la filosofía de la época. Para ello hemos comenzado el estudio de una personalidad tan importante en la ciudad de Florencia en siglo XV revisando su trayectoria, distribuída en tres apartados altamente diferenciados:

Juventud. Desde su nacimiento en 1469 hasta 1498. Esta etapa es oscura para nosotros por su carencia de fuentes y de información al no estar relacionado con la cancillería florentina.
“secretario florentino”. Desde su llegada a la cancillería de Florencia hasta 1512. Maquiavelo aprende, reflexiona y escribe sobre la vida y la filosofía. Es la época de esplendor en la que se acumula la mayor parte de las obras que tenemos de él.
Esplendor, decadencia y final. Va desde 1512, los Médicis se convierten en los nuevos señores de Florencia, hasta 1527, año en el que muere. En esta etapa escribe sus mejores obras como “El Príncipe” (1513), “Discursos sobre la primera década de Tito Livio” (1512-1517) o “El arte de la guerra” (1519-1520). En ésta etapa se completa lo que podríamos denominar el “Pensamiento Maquiaveliano”.

Pablo ha continuado leyendo y analizando " El Principe" y "los Discuros de Maquiavelo" , las dos obras principales del autor. Además ha leído el capítulo de John Law " El príncipe renacentista" incluído el libro " El hombre del renacimiento" de Eugenio Garín y otros. Ha considerado conveniente la lectura del capítulo ya que muestra un análisis diferente de la visión del príncipe renacentista y cree que es muy útil para tener preeliminar antes de centrarse única y exclusivamente en la figura de Maquiavelo

El texto comienza con una opinión crítica de John Law hacia la imagen que Burckhardt y otros autores dan sobre el príncipe renacentista, en la que enumera una serie de características generales. Según el autor, el objetivo que pretende es el de mostrar que los historiadores han llevado muy lejos la afirmación de las deferencias y novedades del príncipe del Renacimiento. Él afirma que quizá hubo cambios, pero que fueron superficiales.

El capítulo está dividido en:

- La violencia y el poder: Destaca la vinculación de la violencia al poder y muestra algunos ejemplos de dirigentes que tomaron el poder gracias a la violencia. Law cree que la actitud violenta no era muy diferente de los predecesores.

- La búsqueda de la legitimidad: Trata la relación entre la violencia y la tiranía. Comenta que las formas de legitimación están en clara relación con la llamada propaganda dinástica, que ve claramente en los grandes eventos como matrimonios o condecoraciones.

-Diferentes aspectos de gobierno: Es una visión general de la autoridad del principe. Habla de aspectos militares y también del que el privilegio de ciertas clases sigue siendo la realidad del momento.

-Fiscalidad: Habla del aumento del gasto público, lo que conlleva un aumento del poder del príncipe; siendo él el que controlaba las finanzas.

-Administración y Cortes: La idea principal es el aumento de los cargos públicos al servicio del príncipe.

-Conclusión: John Law dice que en este periodo disminuyen los Estados autonómos. Cree exagerada la valoración que se hace de los cambios experimentados en este periodo. Habla de un aumento de los ejercitos, de la burocrácia y de los cargos públicos. Según Law las apariencias engañan y concluye citando una cita de la obra K.B. Mcfarlane " Amigos del rey" : El que haya más documentos no implica un cambio repentinos en las ideas sobre el Estado.

Gracias a la actividad comercial desarrollada en algunas ciudades del norte de Italia, éstas habían experimentado un crecimiento que les había permitido crear gobiernos oligárquicos que poco a poco se hacían más democráticos. Los ricos mercaderes de estas ciudades, una vez asegurada su independencia frente a la autoridad de los gobernantes del Sacro Imperio Romano Germánico, comenzaban a cuestionarse la autoridad de la nobleza.


Venecia, gracias a su participación en la cuarta Cruzada, había conseguido posesiones ingentes en el Imperio bizantino y había desarrollado un imperio comercial a gran escala. Pisa, Génova, Milán y Florencia también se habían hecho poderosas. Entre Génova y Venecia se desencadenó muy pronto una dura lucha por el poder, que acabó con la victoria de los venecianos a finales del siglo XIV.

Pero la figura dominante en esa renovación clásica, que desde el último cuarto del siglo XIV protagonizó Florencia, fue Coluccio Salutati. Gracias a él el movimiento humanista dejaría de ser exclusivamente erudito y literario. Para Salutati, que había sido nombrado canciller de la ciudad en 1375, los "studia humanitatis", esto es, el conocimiento de la historia, la ética y la retórica, podían utilizarse también con fines políticos, como un servicio civil permanente a la ciudad. Heredero intelectual de Petrarca, Salutati fue maestro de una generación de florentinos, formó una gran biblioteca de obras clásicas y fue el responsable de la introducción de los estudios griegos en Florencia. Salutati escribe una carta contra la barbarie y contra los papas de Avignon y aboga por una confederación de estados.

Bruni y Marsuppini, sus sucesores en la cancillería, serían como él, funcionarios públicos y hombres de letras al mismo tiempo. Leonardo Bruni, Poggio Bracciolini, Donato Acciaiuoli, Alamanno Rinuccini y otros destacados humanistas florentinos del siglo XV, desarrollaron y resumieron en sus obras las principales ideas de lo que podríamos denominar humanismo cívico florentino: gusto por el cultivo del latín, pasión por el arte antiguo, amor por la libertad como independencia política frente a la tiranía; reivindicación de los poetas modernos (Dante, Petrarca, Boccaccio); adaptación de los métodos de la crítica de textos al uso de las fuentes históricas; búsqueda de la verdad en el quehacer historiográfico.

En Florencia, protegido por los Médici, trabajará durante años Marsilio Ficino, que orientará a la escuela florentina hacia el neoplatonismo, abandonando definitivamente el aristotelismo. Traductor de las obras de Platón, intentó Ficino una conciliación entre las teorías platónicas y la religión cristiana, que, en muchos aspectos, ofrecían similitudes; a pesar de ello hubo de confesar, en "De christiana religione", el fracaso de su propósito. No obstante, no dejó de recibir acusaciones de peligroso sincretismo.

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