memoria 12 y 13 de noviembre

Durante esta semana hemos continuado con nuestro esquema y esto ha sido lo que cada uno ha aportado:


Carlos:


El artículo comienza con una evolución historiográfica del término Renacimiento a través del estudio de varios autores. El primero es Delio Catimori, el cual entiende el Renacimiento como un vasto movimiento intelectual que recupera el carácter originario, lo cual conllevó a una renovación decisiva de la cultura europea en todos los ámbito. La matriz que generó este cambio sería el movimiento humanista, ahora la sociedad medieval ha sido liberada del lastre de “la edad tenebrosa”, aunque también se evidencian la continuidad por múltiples vías que unen ambos periodos.

El segundo historiador analizado es Huizinga, el cual en 1930 sostiene la necesidad de abandonar todo intento de caracterización del Renacimiento. Ya que quien se empeñe en encontrar en el Renacimiento una unidad absoluta del espíritu susceptible de plasmarse en una fórmula única, jamás podrá llegar a comprender esta época en todas sus manifestaciones. Siguiendo esta misma idea en 1932 Delio Catimori avisa que las grandes categorías historiográficas, base de la periodización establecida (antigüedad, edad media, renacimiento, edad moderna), no son conceptos puros, fruto de la desinteresada y objetiva praxis historiográfica que trata de ordenar científicamente el pasado.

El estudio de las categorías historiográficas ha sido particularmente importante con el Renacimiento, ya sea por la propia génesis del concepto: Re-nacimiento (resurrección de algo que estuvo vivo un tiempo y después murió para volver a despertar). También es importante porque a partir del nacimiento del concepto Renacimiento automáticamente se crean y conceptualizan otros dos periodos históricos. El primero, la Antigüedad (Antiquias), la que murió y con la que el Renacimiento se vincula idealmente para devolverle a la vida. El segundo periodo sería el que está intermedio entre ambos, en el cual la antigüedad ha estado muerta y que desde entonces se denominará Edad Media (Media aetas). Por lo tanto el concepto Renacimiento expresa el juicio y la representación no solo de un par de siglos de la cultura europea, si no de toda la historia universal anterior y posterior. Debemos ser conscientes del lastre que esto supuso para la historia y quizá nos debamos plantear una nueva periodización.

RENACIMIENTO: HISTORIA DEL CONCEPTO Y DEL TÉRMINO.

El término español “Renacimiento” y el francés “Reinassance” tiene su origen en el siglo XIX, cuando los historiadores Jules Michelet y Jacob Burckhardt lo utilizaron para titular sus obras. Sin embargo hay que puntualizar que ellos lo tomaron prestado de una tradición historiográfica y cultural que se remontaba a los orígenes del periodo. Es una expresión que ya encontramos en el siglo XVI para designar el cambio cultural que ha tenido Europa. Así por ejemplo para Giorgio Vasari en su Le Vite de' più eccellenti architetti, pittori et scultori italiani (1550) nos dice que las artes han recorrido un ciclo vital marcado por el nacimiento, crecimiento, vejez y muerte para experimentar un “RENACIMIENTO”, el cual Vasari ve completamente realizado en su época. Sin embargo, el término renacimiento que emplean Michelet y Burckhardt va más allá de la fría y neutral designación de un periodo histórico, y quiere englobar todo el movimiento cultural.

La sociedad cristiana medieval se había planteado la historia en términos religiosos y eclesiásticos, es decir, una historia lineal gobernada y dirigida por Dios. Como podemos leer en De Civitate Dei de San Agustín, para los cristianos la historia según las Sagradas Escrituras estaba dividida en seis edades, la primera comenzaría con el génesis y duraría hasta el gran diluvio universal, hasta la llegada de Cristo se desarrollaron otras cuatro. Con la aparición de Jesús en la historia daría comienzo la sexta edad que se prolongaría durante toda la edad media, esperando el día del juicio final que pondría fin a la historia. No existe la idea de retroceso ni de marcha atrás en la historia, por ello el imperio romano, también denominado como cuarta monarquía, todavía continuaba vivo en una existencia ininterrumpida gracias a la Translatio Imperii de los francos de Carlomagano.

Con Petrarca se produce un cambio fundamental y decisivo en el concepto de la historia, lo novedoso de su planteamiento reside en que decide volver al estudio de la Antigüedad y ve el futuro como un retorno de la virtud moral antigua, de sus logros culturales y una regeneración política romana e italiana. En Petrarca se ha perdido la conciencia de continuidad y se ha introducido la conciencia de hundimiento y desaparición del Imperio Romano, con la consiguiente barbarización cultural después de Tito. La innovación cronológica consiste en distinguir una “aeta antiqua” de una “aeta nova” y la introducción de nuevos adjetivos para definirla, “la luz” y “las tinieblas”. Con este cambio la era cristiana resultaba ser paradógicamente una edad oscura y tenebrosa, frente a ella se sitúa la Roma pre-cristiana, una época brillante a emular en la medida de lo posible.

La escolástica es el mejor exponente de la cultura de la edad media, Petrarca luchará contra ella y esta batalla será la herencia que deje a sus seguidores de las generaciones posteriores, como Boccaccio o Salutati. Será el movimiento humanista quien prosiga durante los siglos XV y XVI con el programa ideológico de Petrarca y para ellos esta batalla intelectual aparece cumplida en el siglo XVI, habiendo disipado las tinieblas. En los humanistas post-petrarquianos podemos encontrar una serie de matices. Para ellos el paso de la antigüedad a la oscuridad se encontraría en la época de Constantino o en las invasiones bárbaras del siglo V. En segundo lugar, el Renacimiento de los Studia Humanitatis permitió que los planteamientos cristianos sobre la historia siguieran el esquema: Antigüedad, tinieblas, retorno a la antigüedad, abrazando así al conjunto de la cultura.

David:

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